Mis primas, sepan que si les digo que hace 10 años que no las veo no estoy mintiendo, mucho menos exagerando. La última vez que las vi eran apenas una beba de dos añitos y una nenita de unos cuatro. Ahora deben estar hermosas, Mariana, todos dicen que tenes el rostro de la abuela. Me gustaría tanto verte, y acordarme de ella tan solo por acordarme y no por una foto. Me gustaria ver si nos parecemos, conocerte.
Nadia, vos hoy sos toda una señorita, queda tan poquito para tus 15. Un poquito más te conozco, conozco un poquito de tus gustos, varios en común. Hay cosas que la distancia no puede alejar. Como me gustaria verte, estar con vos. Con las dos, abrazarlas mucho, aunque sea solo un instante. Guardar una de sus sonrisas en una cajita y no dejarla salir de allí y cada vez que las extrañe poder sacarla.
Pensar que es un día bastante gris, aunque bastante safó igual, que él diga: lo conocés a EL. Y te empiece a decir cosas para ver si hablan de la misma persona y si. Que lo último que diga sea: UNO DE OJOS VERDES. Y en ese momento te acuerdes de los preciosos ojos que tiene, de que extrañas verlos, ver esa sonrisa, abrazarlo, de que te gustaría tanto que este con vos en ese lugar. Y seguir pensando y darte cuenta que pasaron 10 meses desde el último día que lo viste, yéndose en ese colectivo. Vos te bajabas y el seguía, ese último abrazo y las ganas de quedarte por siempre con él.
Después de pensar todo eso, y con la melancolía a flor de piel pensas en ellas. Y lo que te duele.
La distancia es desconocida, esa es la verdad. Uno puede saber a cuántos kilómetros está o no, pero cuando te sentís tan lejos de los que querés y a la vez tan cerca de lo que te apasiona, la decisión es difícil. Es mucho más complicado ver cuánto ganas y cuánto estás perdiendo, que ver cuántos kilómetros te alejan, cuántas horas te alejan, si es un barco, si es un avión, si es un llamado.
Noveolahoradevolverteaver.
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