El tiempo no cambia todo, no es real, tampoco podemos decir que no cambia nada.
El tiempo es algo imposible de definir, al menos eso creo.
El tiempo no lo cura todo, pero a veces ayuda.
El tiempo no nos cambia, nosotros cambiamos. Lo vemos en el tiempo, pero no es el responsable.
El tiempo no nos hace ser quienes somos. No nos pasa a buscar por la puerta de casa con una canasta llena de todo lo que queremos y esperamos.
Somos nosotros los que paso a pasito, moviéndonos lento o rápido, a grandes saltos o paso de tortuga, conseguimos lo que conseguimos, somos lo que somos.
Esperar al tiempo es algo raro. El tiempo no nos espera a nosotros. ¿Qué estás esperando?
Sacate la mochila del miedo, decidí por vos, ¿qué esperás para ser quien querés ser? ¿para hacer lo que querés hacer?
Ojo, capaz haya que esperar un poco... Desde mi parte siempre que suelo esperar es por cobarde. Soy una cobarde de la a a la z. Y no estoy orgullosa de eso, sin embargo no lo cambio y cuando intento o doy un paso a favor de no tener miedo, retrocedo tres en contra de mi misma. Porque es así, el miedo paraliza y no deja ser. El miedo va contra vos.
Capaz sólo necesite un poco de fuerza para ser quién soy, para mostrarme, para decir "acá estoy".
Capaz necesite un par de empujones para atravesar puertas.
Capaz me caiga.
Pero necesito de esas fuerzas, de esos empujones, de esas caídas y de levantarme. Necesito de todo eso que puede salir de mí o puede venir de vos. O de las dos partes. Necesito esa colisión, ese choque y esa mezcla, necesito dejar de perder el tiempo.
Necesito salir de la ventana esperando esa canasta. Y creo que todos necesitamos un poco de eso...
Necesito dejar de esperar a que las cosas pasen, y hacerlas pasar.
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